Elegir un concesionario o un vendedor privado dependerá del tipo de comprador que seas y de cuánto quieras estés dispuesto a pagar por tu comodidad en el proceso.

Si no te molesta y tienes tiempo para encargarte en primera persona de ciertas diligencias, hacerlo con un vendedor privado puede ser tu opción. Si en cambio quieres un proceso fluido y asistido aunque te cueste un poco más, los concesionarios están ahí para ti.

Ninguna opción invalida a la otra, solo se trata de conocer sus ventajas y desventajas y tomar la decisión.

Venta privada. Comprar un auto de persona a persona

El gran punto a favor de una venta privada es el precio, que suele ser más bajo. Los vendedores privados a menudo ponen su precio de venta en algo que es ligeramente menor que los precios sugeridos o de mercado que se encuentran en sitios de valoración de vehículos.

También hay más espacio para la negociación. En un concesionario, en cambio, no suele haber posibilidad de negociación o regateo, lo que puede ser considerado un gran inconveniente para algunos compradores.

Sin embargo, en la venta privada nadie más que el vendedor y el comprador están a cargo y deberán asegurarse de que todo esté firmado y completo, lo que puede llevar un tiempo. En una compra en el concesionario, en cambio, los agentes se encargarán de todo el papeleo, de que todo esté firmado y atendido adecuadamente para que no tengas que preocuparte por nada de eso.

Cómo es comprar un auto de persona a persona

  • Investigación: todo comienza por buscar vehículos en plataformas de venta de autos usados, anuncios clasificados o a través de conocidos.
  • Contacto con el vendedor: lo siguiente es comunicarte con el vendedor para obtener más información y programar una cita para ver el carro.
  • Inspección del vehículo: lo natural es pautar una reunión para revisar el auto minuciosamente o contratar a un mecánico de confianza para que lo haga.
  • Prueba de manejo: Realizar una prueba de manejo es fundamental para asegurarte de que el carro está en buen estado.
  • Negociación del precio: en esta etapa, si te gusta el auto, es el momento de discutir y acordar el precio final del vehículo.
  • Verificación de documentos: asegurarse de que todos los documentos, como el título de propiedad y la verificación vehicular, estén en regla.
  • Contrato de compra-venta: se concreta y firma un contrato de compra-venta entre ambas partes.
  • Traspaso de propiedad: se realiza el traspaso de propiedad en la oficina correspondiente de tránsito.
  • Pago y entrega del vehículo: el vehículo se queda con su nuevo junto con todos los documentos.

Diferencias entre comprar carro de persona a persona versus un concesionario

Comprar un auto en un concesionario

En un concesionario tienes más opciones de financiamiento. Podrás ver qué opciones de financiamiento pueden ofrecerte y compararlas con otros prestamistas. En una venta privada, debes llevar este punto resuelto.

Solo los concesionarios de franquicias cuentan con opciones certificadas. Pueden ofrecer automóviles usados ​​certificados con una garantía respaldada por el fabricante, lo que quizá no encuentres en una venta privada.

En esta misma línea, los concesionarios suelen ofrecer inspecciones detalladas y contratos de servicios que son una gran ventaja en favor de la conveniencia. Cuando compras un auto por tu cuenta, debes buscar tú mismo un mecánico certificado y un especialista en carrocería para hacer este trabajo y/o buscar opciones de servicio si quieres tener algo más que la garantía original.

Cómo es comprar un auto en un concesionario

  • Investigación previa: todo comienza por buscar o visitar diferentes agencias, no sólo de acuerdo al auto o marca que buscas, sino también al estado de tu crédito. Si tienes mal crédito debes acudir a un concesionario dispuesto a ofrecer soluciones para ti, son los conocidos concesionarios con prestamistas de alto riesgo.
  • Visita a la agencia: todo el proceso ocurre en el concesionario, acudes a una agencia y hablas con un vendedor sobre tus necesidades y presupuesto.
  • Revisión del inventario: se examina qué autos hay disponibles y, con suerte, se hace la elección.
  • Prueba de manejo: Realizas una prueba de manejo para asegurarte de que el carro cumple con tus expectativas.
  • Revisión de ofertas y opciones de financiamiento: es el momento de evaluar las ofertas, descuentos y opciones de financiamiento que ofrece la agencia. Este punto es fundamental, especialmente si tienes mal crédito ya que tus opciones pueden verse restringidas.
  • Negociación del precio: aunque, en comparación, hay mucha menos posibilidad de negociar, intentar hacerlo nunca está de más. Consulta siempre qué ofertas o promociones tiene disponible la marca o el concesionario para sacar el mayor provecho de tu compra.
  • Revisión de contrato: Lee y comprende el contrato de compra, asegurándote de que todas las condiciones y términos estén claros.
  • Trámites administrativos: la agencia se encarga de la mayoría de los trámites administrativos, incluyendo el registro del vehículo.
  • Pago y entrega del vehículo: Se diligencia el pago o financiamiento según el método acordado y se recibe el vehículo junto con los documentos pertinentes.

Decidir entre comprar un carro de una persona particular o a través de una agencia depende de varios factores, como el presupuesto, la preferencia por garantías y servicios adicionales, y la disposición a manejar los trámites administrativos. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas, queda en manos de cada comprador elegir qué camino tomar.