Elegir un concesionario o un vendedor privado dependerá del tipo de comprador que seas y de cuánto quieras estés dispuesto a pagar por tu comodidad en el proceso.

Si no te molesta y tienes tiempo para encargarte en primera persona de ciertas diligencias, hacerlo con un vendedor privado puede ser tu opción. Si en cambio quieres un proceso fluido y asistido aunque te cueste un poco más, los concesionarios están ahí para ti.

Ninguna opción invalida a la otra, solo se trata de conocer sus ventajas y desventajas y tomar la decisión.

El gran punto a favor de una venta privada es el precio, que suele ser más bajo. Los vendedores privados a menudo ponen su precio de venta en algo que es ligeramente menor que los precios sugeridos o de mercado que se encuentran en sitios de valoración de vehículos.

También hay más espacio para la negociación. En un concesionario, en cambio, no suele haber posibilidad de negociación o regateo, lo que puede ser considerado un gran inconveniente para algunos compradores.

Sin embargo, en la venta privada nadie más que el vendedor y el comprador están a cargo y deberán asegurarse de que todo esté firmado y completo, lo que puede llevar un tiempo. En una compra en el concesionario, en cambio, los agentes se encargarán de todo el papeleo, de que todo esté firmado y atendido adecuadamente para que no tengas que preocuparte por nada de eso.

En un concesionario tienes más opciones de financiamiento. Podrás ver qué opciones de financiamiento pueden ofrecerte y compararlas con otros prestamistas. En una venta privada, debes llevar este punto resuelto.

Solo los concesionarios de franquicias cuentan con opciones certificadas. Pueden ofrecer automóviles usados ​​certificados con una garantía respaldada por el fabricante, lo que quizá no encuentres en una venta privada.

En esta misma línea, los concesionarios suelen ofrecer inspecciones detalladas y contratos de servicios que son una gran ventaja en favor de la conveniencia. Cuando compras un auto por tu cuenta, debes buscar tú mismo un mecánico certificado y un especialista en carrocería para hacer este trabajo y/o buscar opciones de servicio si quieres tener algo más que la garantía original.

Queda en manos de cada comprador elegir qué camino tomar. Ambos tienen ventajas y desventajas, lo importante es tener el conocimiento para evitar sorpresas amargas.