Teniendo en cuenta que cuando tienes mal crédito la regla general es que pagarás más por concepto de intereses, surge la necesidad de elegir con sabiduría el auto que tendrás los próximos años.

Cuando no calificas para las mejores opciones de financiamiento, es importante averiguar qué automóviles son mejores para tu presupuesto. Así no gastarás más de lo necesario.

Poner el foco en lo asequible de un auto y del préstamo para obtenerlo, así como de la confiabilidad que pueda brindarte el vehículo resulta fundamental para hacer que la decisión que tomes esté blindada de todo mal o de sorpresas amargas.

Cuando eliges un auto no debes fijarte solo en el precio de venta sino también calcular cuánto te costará mantenerlo en el futuro. Para saber data sobre los autos más confiables y por ende más convenientes puedes apoyarte en investigaciones que encuentres en línea.

Por ejemplo, el servicio de RepairPal ha establecido una medida de confiabilidad de autos, basada en el costo, la frecuencia y la gravedad de las reparaciones y el mantenimiento no programados que pueda tener un auto.

Las mejores marcas de automóviles para mal crédito

En ese orden de ideas, las siete marcas más confiables según las calificaciones de confiabilidad de RepairPal son Honda, con un costo promedio de reparación anual de $398, Lexus con $ 549, Hyundai con $439, Mazda con $460, Kia con $422, Toyota con $429 y Acura con un costo promedio de reparación de $468.

Aunque los rangos pueden variar dependiendo de si necesitas, por ejemplo, un compacto o un SUV, en cuanto al precio de venta, los siguientes autos usados ​​suelen venderse entre $10,000 y $15,000: Nissan Sentra, Hyundai Elantra, Chevrolet Cruze, Volkswagen Jetta , Kia Soul, Ford Focus, Kia Forte, Nissan Versa, Ford Fiesta y Honda Fit.

Por supuesto, los precios de los autos usados ​​están aumentando y las existencias son limitadas debido a problemas recientes en la cadena de suministro, por lo que su elección de vehículo y sus precios variarán.

Con esta información puedes jugar entre los dos criterios, sopesar entre el costo de compra y de mantenimiento y elegir lo que sea más conveniente de acuerdo a tu perfil, presupuesto y necesidades.