Comprar un auto no es una cosa nimia o de todos los días, suele ser una de las compras más grandes e importantes de una persona, que puede definir mucho de su estilo y calidad de vida.

De ahí que muchos apunten a modelos o marcas que vayan a dar la talla o cumplir con esas expectativas de vida, sin embargo, al ser una compra tan significativa, hay muchos riesgos de tomar a la ligera la decisión de cuál auto adquirir.

Primeramente, es difícil para muchas personas comprar un auto en efectivo, ya que es una compra cara, por lo que acuden entonces al financiamiento, es decir, a pedir dinero prestado a un prestamista para comprar un automóvil. En este convenio, la persona acepta devolver los fondos durante un período de tiempo determinado, más una posible tarifa por concepto de interés, que es el precio de pedir ese dinero prestado.

Especialmente si tienes mal crédito, además, el proceso es diferente.

En un préstamo tradicional, un prestatario con buen crédito, elige el auto que quiere, obtiene el préstamo que le calce a esa elección.

Los prestatarios con mal crédito deben acudir a prestamistas especiales, conocidos como prestamistas de alto riesgo, quienes primero te califican y en función del monto aprobado, se elige entonces entre una variedad de autos disponibles.

Un presupuesto realista: la clave del éxito

Un presupuesto realista: la clave del éxito

Tener un presupuesto claro es importante cuando vas a obtener financiamiento.

Si compras un automóvil con un pago que es difícil de cumplir cada mes, podría generar incumplimiento o pagos atrasados que afectarán tu puntaje de crédito y, que podrían llevarte hasta la pérdida del vehículo.

Para determinar cuánto ingreso disponible tienes cada mes y que puedes destinar al pago del auto, puedes usar la misma fórmula que usan los prestamistas para calcular si puedes pagar el automóvil que deseas, llamada relación deuda-ingreso (DTI).

La relación DTI, o debt-to-income es una fórmula fácil que usan los prestamistas de automóviles para ver cuánto ingreso te queda después de pagar todas tus demás obligaciones. Simplemente suma todas tus facturas mensuales y divídelas entre tu ingreso bruto mensual. Obtienes una respuesta decimal que luego la conviertes en un porcentaje para obtener tu relación DTI final.

Como regla general, los prestamistas de automóviles no financian a los prestatarios con índices de DTI superiores al 45% al 50% de sus ingresos con el pago del vehículo y el seguro incluidos.

También debes tener en cuenta cuánto de tus ingresos se necesitan para el pago de tu vehículo.

Lo puedes conocer con la fórmula PTI, pago a ingreso o payment-to-income, según la cual los prestamistas generalmente no permiten que el pago de un automóvil exceda del 15% al 20% del ingreso bruto mensual del prestatario. Cuanto más bajo, mejor.

Mantenerte dentro del presupuesto y comprar un auto atendiendo a tus finanzas reales y no solo a tus deseos es fundamental para blindar esa posibilidad de cumplir fielmente con tu préstamo.

Recuerda, además, que aunque tengas mal crédito, a través de un préstamo para auto, puedes mejorar tu situación crediticia y obtener mejores términos y condiciones en el futuro pero solo si tienes un historial de pagos óptimo ya que hacer los pagos a tiempo es el factor que más influye en la construcción de tu crédito.